domingo, 18 de noviembre de 2012

Almuercitos

Hoy quisimos hacer algo distinto.  Maxy encontró en internet una empresa que hace unos tours en Alemania llamados eat-the-world, que son recorridos a pie por la ciudad, pero además de contar algo de la historia del lugar como los otros, incluye un bocadito en varios cafés y restoranes de la zona. Tuvimos suerte, salió el sol :).

München Glypthotek
El tour arrancaba de un lugar llamado Köningsplatz, donde hay un museo de esculturas griegas, llamado Glypthotek.  Según nos explicó la guía, este museo fue construido durante el reinado del rey Ludwig I (el del Oktoberfest), para albergar su colección de arte griego y romano.

Propylaea
Maxy con el otro museo griego de fondo
También, un portal dórico llamado Propylaea, que asemeja la entrada de la acrópolis en Atenas.  El portal simboliza la amistad entre Bavaria y Grecia, y fue financiado por Ludwig I, aún después de haber abdicado. Y, frente al museo de las esculturas, otro museo para contener pinturas grecorromanas.

Dentro de la Glyptothek, hay un café que según la guía es un lugar casi secreto, con un patio arbolado, especialmente agradable en verano.  Allí nos dieron unos bocaditos llamados Engadiner Würfel, típicos de Suiza. Sería una algo así como una tarta rellena era de nueces caramelizadas.


Pasamos por varios puntos llamativos, aunque no de todos teníamos explicaciones de parte de nuestra guía, que explicaba todo primero en alemán y luego en inglés, pero a la segunda explicación le ponía menos ganas que a la primera.  Aquí el obelisco de Karolinenplatz, construido por el mismo arquitecto que los museos y el portal de Köningsplatz.  Este obelisco fue dedicado a los treinta mil soldados Bávaros que murieron en Rusia durante 1812 al mando de Napoleón.


Siguiendo por el camino del arte, llegamos hasta la zona de los museos de pintura.  Munich tiene tres museos principales de pintura,  la Alte Pinakothek, que contiene pinturas de los siglos 13 a 18; la Neue Pinakothek, que contiene pinturas de los siglos 18 y 19; y la Pinakothek der Moderne, que contiene arte moderno.


El edificio de la Alte Pinakothek (izquierda), como tantos otros en Munich, fue destruido durante la Segunda Guerra y posteriormente reconstruido. La Pinakothek der Moderne (derecha) fue inaugurada en 2002, y el exterior del edificio parecería ser un monumento al hormigón armado (aunque la foto no lo llega a capturar del todo).


Un poco más adelante, el museo Brandhorst, también de arte moderno. Fue construido para albergar la colección privada de Udo Fritz-Hermann y Anette Brandhorst, de más de 700 obras de arte, que fue donada luego de la muerte de Annette, a cambio de que la ciudad construyera un edificio apropiado.

Después de tanto caminar, llegamos a un negocio de quesos y vinos franceses.  Nos dieron unos panes con queso camembert y miel (excelente combinación) y otros con paté (o queso con especias para los que no querían paté). Yo tenía la esperanza de que nos dieran a degustar algún vino, pero no.


La maqueta de la Torre Eiffel se lleva una mención especial, porque no sólo estaba muy bien hecha, sino que incluía arbolitos y otros detalles interesantes que no salieron en la foto.

Algo llamativo que vimos a lo largo del recorrido fue la cantidad de bares con mesas afuera (tengan en cuenta que la máxima de hoy fueron 9°C, a las tres de la tarde). En algunos lugares, para abrigar un poco a quienes quieran estar en la vereda, los bares incluyen mantas o almohadones.  La segunda foto es de una calle típica del barrio que estábamos recorriendo, con la iglesia de St. Ludwig de fondo.


En la tercera parada llegamos a un café llamado Gartensalon, donde servían Brunch, que parece que es algo bastante típico para los alemanes en domingo.  El café tiene un patio lleno de plantas (aunque no un verdadero jardín), y en el interior tiene una decoración bastante distinta a la usual; es extremadamente popular, según dijo la guía, no se puede ir ni a desayunar sin reserva previa.


Nos dieron una sopa de calabaza y naranja, muy rica.  Otra cosa llamativa del café era la construcción del patio que lo rodeaba.  Saqué varias fotos para ver qué opina Laura de esto, dos fotos desde el interior del patio, y la tercera de cómo se ve el edificio desde la calle.


A continuación fuimos a tomar un helado (sí, ¡¡sopa seguida de helado!!) a la heladería más antigua de Munich, abierta en 1958.


Simpática decoración para una heladería.  Más adelante nos cruzamos con otro edificio llamativo, la academia de arte.  Como verán fue un paseo de comida y arquitectura.


La quinta parada fue en un local de la cervecería Augustiner, una de las cervecerías importantes de Munich.  Nos dieron unas porciones de pan con mezcla de quesos.  Es un plato típico de Bavaria en el que se mezclan "restos de quesos" con manteca o similar, y se sirve con cebolla y pepino.


En la cervecería hicimos una parada larga y nos pedimos una cerveza (no incluida en el precio del tour), también tuvimos tiempo de admirar la decoración y encontrar un mini corazón de jengibre.


Algo que no nos deja de sorprender es que en muchas calles, por no tener suficiente espacio para estacionar, está permitido estacionar con el auto parcialmente sobre la vereda.  No sólo eso, hasta los carteles que indican que hay que pagar el Parkschein tienen el dibujo del auto inclinado.


La sexta parada fue en un restorán/panadería vegetariano, donde nos dieron torta de frutas, café y quiche de verduras (¡en ese orden!).  En la vidriera había un cartel indicando que buscaban un aprendiz para que trabajara en la cocina, a partir de febrero.  Me impresionó la anticipación del pedido.


Finalmente, en la última parada del tour, fuimos a una panadería de estilo francés, donde supuestamente sirven las mejores medialunas y brioches de la ciudad.  Para probar nos dieron unos éclair (una masa similar a la de un profiterol, rellena de vainilla). Riquísimos.


En el camino de vuelta, pasamos por un banco privado, que bajo una ventana tenía una escultura.  Esto es algo que no nos deja de llamar la atención: por todos lados uno encuentra estatuas de todos tipos.  Pasamos finalmente por un parque, Leopoldpark.  Que incluía unas mesas de tenis de mesa de cemento; pero como se ve en la foto, quienes quieran jugar, además de paleta y pelotitas, tienen que llevar su propia red.


Como conclusión del paseo, estuvo bueno recorrer una zona distinta de Munich acompañando el recorrido por bocadillos.  A varios de los lugares pensamos volver a ir en otra oportunidad. Sospechamos que los lugares que incluyen mesas al aire libre deben ser mucho más atractivos en verano.

7 comentarios:

  1. Qué divertido que se ve este paseo! Por otro lado, se nota que tuvieron que caminar un montón. Dan ganas de probar esas exquisiteces.
    Cuando estuvimos en Munich, Fichtel nos dijo que aparte del museo del hombre, había que visitar el primero que nombraste. Hay numerosas esculturas griegas buenísimas, pero después de haber estado en el museo que tiene el Altar de Pérgamo en Berlín, estas esculturas no me impresionan tanto.
    Se nota que hacía frío: gorro y bufanda...

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    1. No fue tanto, 3 horas, menos de 4km. Habremos estado unos 25 minutos dentro de la cervecería, y unos 10 minutos en las otras paradas. Además de que a lo largo del recorrido parábamos para que la guía nos contara diversas cosas del barrio...

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  2. Tuve problemas con la cuenta y no sabia si estaba adentro, parece que si.
    Decia que me parecio muy interesante la excursion la mezcla de cultura de la mente con la cultura del estomago tiene mucha imaginacion.
    Otra: cuanto costo la excursion?

    Un abrazo.

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    1. Todos los tours que ofrece la empresa esta cuestan €30 por persona.

      Estuvimos sacando la cuenta con Maxy, calculamos que las cosas que nos dieron para probar sumarán en total entre €15 y €20. Lo demás es el costo del guía y el tour. Un poco caro, pero creo que valió la pena.

      Vale decir que los guías del tour gratis (que normalmente se paga entre €5 y €10) le ponen más onda.

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  3. Esa sopa!!! Se veía deliciosa!

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