lunes, 3 de diciembre de 2012

Permutación

El sábado fuimos a hacer un tour de comida como el que habíamos hecho en Munich.  En Berlín tienen tres tours distintos, en distintos barrios.  No conociendo los barrios todavía, elegimos uno medio al azar, recorriendo el barrio de Schöneberg, que en la época de la división era del lado oeste.

Por suerte no nevó ni llovió, pero en todo el día la temperatura no superó los 2 grados. Las fotos no son muy buenas, pero tengan en cuenta que están sacadas con guantes, y con poco tiempo porque caminábamos a paso rápido.

Arrancamos por un negocio de comida francesa, llamado Miss Go Lightly, en el que nos dieron una quiche de jamón y queso, riquísima.  El lugar queda al lado de una peluquería, y una puerta interna los comunica, de modo que los clientes de la peluquería pueden comprarse algo para comer mientras esperan que se les asiente el color.


En el camino a la siguiente parada pasamos por un mercado, pero no de navidad.  Este mercado está todo el año, miércoles y sábados.  Había puestos de fruta y verdura, de ropa, de decoraciones navideñas, y también puestos para comer.  En algunos de los puestos para comer vendían algo típico de navidad, de lo que todavía no hablé: el Glühwein.


El Glühwein es vino caliente y con especias.  Desde hace unas dos semanas aproximadamente, todo empezó a llenarse de puestos de Glühwein.  En general tienen carteles como el de arriba, que dice que el vino está "hecho en casa", que supongo que se refiere a las especias que le ponen.  En cada lugar lo hacen distinto con lo cual hasta que uno no lo compra, no sabe qué gusto va a tener.

El barrio de Schönefeld, como una gran parte de Berlín, sufrió mucho por la guerra.  A medida que íbamos recorriendo, la guía nos iba mostrando fotos de cómo era el mismo lugar a principios de siglo para contrastar cómo está ahora.  Una gran cantidad de edificios fueron destruidos y posteriormente reemplazados por otros más sencillos, sin decoración, porque en la Alemania de postguerra (aún en Berlín occidental) no era moral incluir lujos decorativos.


El edificio de la izquierda es uno de los pocos edificios que sobrevivió los bombardeos, queda como una muestra de cómo eran las construcciones en la zona antes de la guerra.  La iglesia de la derecha reemplazó a la anterior que fue totalmente derribada.  La guía nos mostró la foto para que comparemos: la anterior era alta e imponente, mientras que esta es sencilla y con una torre muy modesta.

La segunda parada fue en un negocio llamado Burrito Company, en el cual nos dieron medio burrito a cada uno.  La guía explicó con bastante precisión que era una comida típica mexicana (los tacos) que había sido adoptada en California (es decir, en México no existe nada llamado burrito), nosotros esto lo habíamos aprendido cuando estuvimos en México en el 2006 y pedimos que nos explicaran la diferencia entre un taco y un burrito y nos dijeron "la diferencia es que aquí los burritos no existen".



Luego de contarles a los alemanes lo que significa la palabra burrito, la guía explicó que no se refiere a que el taco tenga algo de burro, sino que son rollitos que se parecen a lo que llevan los burros en la espalda.  Yo me asombré de que hasta ahora nunca me había preguntado por qué los burritos se llamaban así.


A continuación fuimos a un negocio llamado Fränkische Botschaft, la segunda palabra significa embajada, y en un primer momento nosotros creímos equivocadamente que la primera significaba francesa, pero resultó ser un lugar de comida de la zona de Franconia, que es una región que se encuentra en la parte norte de Bavaria (donde está la ciudad de Nurenberg).  Nos dieron una picada rica y abundante.


Algo bueno de estos tours es que permiten experimentar no sólo distintos tipos de comida, sino también que van explicando ciertos aspectos de las ciudades que sino quedan escondidos.  Varias veces la guía nos contó historias sobre los edificios que íbamos encontrando, incluyendo siempre el nombre del arquitecto que lo había construido.  Esto me llamó bastante la atención, evidentemente le prestan mucha atención a quién fue el responsable de cada obra.


El edificio de la izquierda es una escuela, construida en los años 90 por el arquitecto Hinrich Baller, como parte de un proyecto de la ciudad de Berlín de hacer que los niños estudien en un edificio postmoderno.  Tiene paredes y techos curvos, que se supone que siguen las formas de las cosas en la naturaleza, pero parece que gotea y por eso no funciona actualmente como escuela.  El de la derecha es un mega edificio llamado Pallaseum, con más de 500 departamentos y capacidad para 2000 personas, construido a fines de los '70 para darle lugar a los inmigrantes. Una parte del edificio (no salió en la foto) está construida sobre un bunker de la segunda guerra que resultó tan resistente que no lo han podido demoler.

Fuimos luego a uno de los parques de la zona, llamado Heinrich von Kleist.  Berlín, al igual que Munich, tiene montones de parques, cada barrio tiene su parque, y en general son bastante más grandes que nuestras plazas.  Claro que ahora en invierno no se lucen tanto como en verano.


Este parque es medio extraño porque aparentemente han ido poniendo objetos a los que no les encontraban otro lugar.  Arriba, dos estatuas que estaban originalmente en el castillo de Berlín, que fue totalmente destruido en la guerra.  Estas estatuas fueron un regalo del zar Nicolás I al rey de Prusia Federico Guillermo IV, notar que son estatuas en las que el hombre está desnudo y debajo del caballo a diferencia de las típicas estatuas ecuestres.  Abajo, unas columnatas de fines de siglo XVIII, que estaban originalmente en Alexanderplatz, y fueron llevadas a este parque a comienzos del siglo XX cuando se construyó el subte.  Por último, un edificio en el que funcionan los tribunales superiores, en el cual se llevaron a cabo varios juicios importantes.

Después de tanto paseo arquitectónico llegamos a la siguiente parada, un negocio de productos griegos.  Muchas etiquetas estaban escritas en griego.  La dueña del negocio nos contó ella misma (aunque sólo en alemán, así que entendimos poco) sobre su negocio: el aceite de oliva que vendían era fabricado por su padre en Grecia, del cual nos mostró las fotos. Nos dieron para probar panes con distintas salsas (o no sé cómo decirles): aceitunas, berenjenas, un mix griego de queso crema y pepino, y otros.  Luego de los panes, nos dieron también una compotera con una cucharada de yogur griego, miel y nuez, pero me tomó desprevenida y no le saqué foto.


Como nos dieron dos cosas distintas, en este negocio estuvimos un buen rato.  Varios de los participantes del tour compraron algo para llevarse (nosotros no, para no complicarnos después con el equipaje), llegamos a la conclusión de que cuánto más tiempo alguien recibe al tour en su negocio, más compra la gente en ese lugar.

A continuación fuimos a un café, en el cual nos dieron una torta de nuez.  Y un ratito después fuimos a una chocolatería donde nos dieron bombones.  Ambos se destacan por ser negocios artesanales en los que todo lo vendido está hecho por sus propios dueños.  Todo muy rico.


Saliendo de la chocolatería, pasamos por otro mercado.  Se diferenciaba del anterior en que los puesteros estaban constantemente a los gritos, de lejos parecía que fuera gente peleándose.  Algunos gritaban simplemente, "Hallo, bitte schön!" que sería un pie para que uno les pida algo, y otros gritaban ofertas, "2 kilos de tomates por 1 euro", y cosas parecidas.  Nos llamó la atención que con semejante nivel de violencia el mercado tuviera tantos compradores.


Finalmente, para cerrar el tour, fuimos a un café ubicado dentro de un cementerio.  Según nos contó la guía, el café surgió por un deseo de tener un lugar donde pensar y recordar a los muertos, sin pasar tanto frío y tanta soledad.  Nos dieron una porción de torta tipo cheesecake.


Algunas conclusiones del tour: por el mismo precio que en Munich nos dieron bastante más comida, y la guía le ponía mucha más onda que la de Munich.  Sin embargo, la arquitectura y en general lo visual de Berlín es bastante menos atractivo, sobre todo es muy deprimente contrastar las imágenes de lo que era antes de la guerra y lo que es ahora.

Esto en Munich no pasa, porque todo fue reconstruido igual.  Yo esto lo vengo escuchando desde que llegamos, pero vivirlo en carne propia es otra cosa, la guerra y la división están presentes en cada esquina.

2 comentarios:

  1. Maravilloso que puedan hacer un tour tan complicado y sacar todas estas fotos! Qué ricas se ven las cosas que les dieron! Quiero ir!

    Algo anda mal porque no logro que me tome como del livejournal.

    vicky

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  2. Muy bueno todo lo que contás. Me dió mucha hambre! :)

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