Y ahora que llueve y está poniéndose fresco de nuevo (pleno mediodía y hacen 15 grados), me dedicaré a contar y publicar fotos de lo pasado en el verano, empezando por lo más reciente.
Las semanas pasadas estuvimos en la DebConf13. La conferencia anual de Debian, a la que habíamos ido numerosas veces (6 para ser exactos), pero nos habíamos perdido las últimas 2 ediciones.
Esta vez se hacía en Suiza, en un pueblito en el medio de la nada llamado Vaumarcus, a 50km de Lausanne. Lo más espectacular del lugar era la vista al lago Neuchatel.
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El lugar donde era la conferencia era más un complejo para boy scouts o similar que un centro de conferencias. Mucho espacio al aire libre (cancha de voley, de fútbol, mesas de ping-pong, tirolesa, pared para trepar y un coso para hacer equilibro); el alojamiento era en habitaciones con baños compartidos entre todos los del mismo piso; y en general muy pocos enchufes.
Yo temía que lloviera, porque si llovía realmente se complicaba mucho el traslado de un lugar al otro. Pero tuvimos mucha suerte con el clima, casi todos los días soleados. En los diez días que estuvimos ahí, sólo un día llovió a la tardecita y no duró más que unas horas.
El miércoles en medio de la conferencia es el DayTrip, un día en el que no hay charlas y uno sale a pasear y socializar con el resto de los geeks. A la mañana hicimos un trekking corto, hasta un cañón bastante profundo, que los suizos llamaban "nuestro pequeño cañón del Colorado".
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A la tarde paseamos y cenamos en un barco que nos llevó a través del lago Neuchatel.
La conferencia en sí estuvo aceptable, aunque para nuestro gusto había demasiadas charlas no muy interesantes. Lo más interesante que saqué yo personalmente fue conocer gente nueva y juntar algo más de energía para trabajar en el proyecto de Debian Women.
Tan en el medio de la nada está Vaumarcus, que la estación de tren casi no se usa. Para llegar y salir del lugar, había que tomarse un bus hasta Yverdon-les-Bains (la ciudad más cercana con estación de tren).
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| Domingo 10:11, esperando el bus de regreso. |






El lugar se ve paradisíaco.
ResponderEliminar¿Qué les daban al desayuno?
¿Qué comieron en el barco?
Esta vez, ¿no hicieron panqueques para los amigos?
¿Estaba alguno de los argentinos conocidos (por nosotros)?
Lo de paradisíaco es relativo. La vista era espectacular y tuvimos unos días bárbaros. Pero el alojamiento era bastante incómodo y el sábado a la noche yo estaba lamentando que hubiéramos decidido quedarnos hasta el domingo, ya quería estar en casa.
EliminarLa comida fue sorprendentemente bastante buena. Mejor de lo anticipado. En todos los casos era tipo buffet, el desayuno era siempre igual, pero era el que tenía más variedad para elegir: yogur, fruta, pan, queso (gruyere o similar), mermeladas, cereales, jugo de naranja, café/té/leche.
ResponderEliminarEl resto de las comidas en general incluían algo de carne y alguna guarnición, pero no había para elegir. Los vegetarianos tenían la misma guarnición, pero un plato principal especial para vegetarianos. Varios días era más atractivo el plato vegetariano que el no vegetariano.
En el barco se podía elegir trucha o pollo, y para los vegetarianos había spaghetti. La trucha era medio poca y habían hecho spaghetti demás, así que cuando ya todos habían comida permitieron que los que tenían hambre comieran los fideos que habían sobrado.
No hicimos panqueques, no. No había donde comprar nada. La panadería más cercana quedaba a 5km.
En las fotos de arriba están Melisa y Martín, que son los argentinos conocidos por vos. Había varios argentinos más. En total 7 argentinos, sólo 2 actualmente viviendo en Argentina :-/
Perdón, 8 argentinos. 6 viviendo en Europa (España, Irlanda, Francia, Suecia, Alemania) y 2 en Argentina. También había un argentino que vive en Japón, pero estuvo muy pocos días.
EliminarMuchas gracias por todas las respuestas. Muy interesante. Notable la importancia que le dan al desayuno.
EliminarAh, hubo algo que me olvidé de mencionar. Los primeros días no había pan durante el almuerzo ni la cena. Cuando comenté que la panadería más cercana estaba a 5km, un suizo me preguntó, ¿Es que no alcanzó el pan del desayuno? Traté de explicarle que yo quería poder comer pan más tarde que el desayuno, pero no lo entendía.
EliminarDespués, hablé con unos españoles que también extrañaban el pan durante las comidas y finalmente les pedimos a los suizos que por favor pusieran pan al almuerzo y a la cena. Y a partir de ahí empezaron a hacerlo sin problema, pero a ellos no se les ocurría que la gente pudiera querer acompañar la comida con pan.
En conclusión, en Suiza el pan se come sólo durante el desayuno. Traté de indagar acerca de por qué, y la hipótesis más aceptable es que durante la segunda guerra Suiza pasó una época de muy poco pan, por no tener trigo como para abastecerse y entonces racionalizaban una cantidad de pan por persona (1/4 kg por día), y de ahí quedó que sólo comían pan al desayuno. Esta teoría se contradice un poco con el plato nacional suizo (la Fondue), pero es lo que hay.