El viernes a la tarde tuvimos una previa en el trabajo, en la cual sirvieron comida bávara acompañada por cerveza tirada. En la invitación habían puesto que estaban todos invitados a ir con ropa típica (que se llaman Dirndl y Lederhosen) y que era para toda la familia. Yo pensé que lo de la ropa típica era más bien un chiste, pero no. La gran mayoría de las esposas de Googlers (incluyendo las no alemanas) y algunas Googlers mujeres se fueron con sus Dirndl, y unos cuantos Googlers (ahí sólo los alemanes) con sus Lederhosen.
Hay que decir que los vestiditos son un poco ridículos pero mucho más aceptables que esos pantalones cortos absurdos. Nosotros igual no sucumbimos al ridículo.
El sábado, cuando llegamos al hotel nos encontramos con que habían puesto en la entrada una alfombra especial en homenaje al Oktoberfest.
A la noche en el canal de tele de Munich se hablaba únicamente del Oktoberfest, la organización, la seguridad, la preparación de los corazones (ver más adelante), etc. Luego mostraron que durante el sábado ya había gente esperando entrar desde las 7 de la mañana, siendo que se abría la entrada recién a las 9 y la innauguración (antes de la cual no se puede servir cerveza) era a la 12.
El domingo, después de que nos comieran tanto la cabeza, decidimos ir a almorzar allá. Siendo que en el Oktoberfest hay biergartens en los que se puede comer lo que uno lleva, nos armamos unos sandwiches y nos fuimos.
La primera impresión fue muy distinta de lo esperado. Yo sabía -como había contado en el post anterior- que estaban los lugares de las cervecerías y luego algunos juegos de parque de diversiones. Pero cuando entramos y vimos los juegos, la sensación era al revés: es un mega parque de diversiones, con algunos puestos de cerveza al costado.
Había todo tipo de juegos: montañas rusas, tren fantasma, juegos de dar vueltas, juegos de caer. Juegos para chicos, juegos para grandes. También había de distintos precios. Vimos uno que decía: niños 2€, adultos 4€, y otro que decía: todos 10€
Como se notará de las fotos, había mucha gente. Gente de todos tipos, jóvenes, adultos con y sin hijos, vestidos con ropa típica o no, turistas y alemanes. Una de las cosas que me sorprendió fue la cantidad de cochecitos de bebé (en muchos, el bebé estaba vestido con ropa típica).
Después de encontrarnos varios biergartens en los que no había ni un lugar para sentarse (las mesas son compartidas, pero hay que lograr conseguir asiento), fuimos a uno que estaba en el "Familien Platz" que tenía un poco de lugar.
Algo a tener en cuenta es que en los biergartens sirven vasos de medio litro mientras que en las "carpas" venden de litro. Nosotros nos pedimos un vaso para los dos, para no emborracharnos en pleno mediodía, el resto de la gente no era tan moderada.
Después de comer seguimos caminando y llegamos a la zona de las "carpas", que de carpas no tienen nada, pero supongo que se le dice así porque nadie tiene un nombre mejor para "una estructura construida en unos meses y que será desmontada luego de 15 días de uso". Acá les pongo las fotos de afuera de las principales.
No entramos porque teníamos una botellita de agua y no se podía entrar con envases (ni vacíos ni llenos). Pero por dentro se veían como una confitería de madera, con gente en el piso de abajo y gente en el de arriba.
Hace una o dos semanas que empezaron a aparecer por todo Munich carteles en los negocios, con corazones de color marrón. Al principio no nos habíamos dado cuenta, pero a medida que se acercaba el Oktoberfest se iba volviendo cada vez más evidente que había alguna relación con estos corazones y el Wies'n, como le dicen los locales.
Son un producto típico de los mercados al aire libre en Alemania, que en el resto del país son de Navidad, pero en Munich además aparecen durante el Oktoberfest. El predio estaba lleno de negocios que vendían sólo estos corazones.
Todo el mundo andaba caminando con su corazón colgado del cuello. Como notarán de las fotos hay de distintos tamaños, distintos costos y con distintas frases.
Tienen un gusto raro, no demasiado rico. Según la wikipedia se parece al pan de jengibre, pero como nunca lo probé no puedo saber si realmente es así. Yo pensaba que se parecería a la torta galesa (que sí probé, pero recuerdo poco), ya que tiene una textura similar a una torta (un poco más dura) pero dura un año.
Pienso que es más bien simbólico, y que como viene envuelto en plástico, mucha gente lo debe guardar de recuerdo en lugar de comérselo.
Siendo como somos, bastante poco adeptos a las multitudes, dimos una pasada por todo el predio y emprendimos la retirada, no aguantábamos la locura de gente, tener que estar esperando para poder avanzar en medio de la masa, y estar constantemente apretujados.
Mientras nos íbamos, vimos a muchos que estaban llegando, con sus trajes típicos.
Nosotros nos fuimos a leer un libro al Englischer Garten. ¡Qué paz!
P.S. Elegí las mejores fotos, pero hay más fotos en el álbum de Google+.




