Meticulosa

El post de Copenhague fue largo, y aún así me quedaron algunas cosas sin contar, así que sigo hoy.  Con fotos tomadas por Alberto, que tiene una cámara en serio y saca fotos muchísimo más grosas que las que puedo llegar a sacar yo con mi point-and-shoot.

Una cosa que nos sorprendió fueron los cementerios daneses (vimos dos, uno dentro de la ciudad de Copenhague y otro junto al museo Louisiana).  Son cementerios muy distintos a los que uno está acostumbrado. En lugar de lápidas grises y desolación, cada tumba está rodeada de un pequeño arbusto verde, lo que le da aspecto de parque. Varias están decoradas con objetos relacionados con los fallecidos.  Vimos más de una con un pequeño banquito, para que quienes fueran a visitarla pudieran sentarse.  Sé que puede parecer un poco extraño, pero esos cementerios eran mucho más un "jardín de paz" que lo que uno suele ver en otros lados.


Otra cosa para compartir son nuestras peripecias con el idioma.  La única palabra que pudimos aprender a decir es "Tak" (gracias), pero aún así con el pasar de los días nos fuimos dando cuenta que íbamos entendiendo cada vez más los menúes de los restoranes o los carteles por la calle.  El danés es un lenguaje de la familia germánica, el parentezco con el alemán y el inglés nos ayudaba para desde uno u otro origen lograr descifrar lo que estaba escrito. Yo varias veces intenté pedirle al mozo en danés, pero evidentemente la pronunciación difiere mucho de lo escrito, porque se me quedaban mirando con cara de que había dicho ridiculeces.  Todos hablaban muy buen inglés, así que eventualmente terminábamos cayendo en pedir las cosas en inglés.

Siguiendo con detalles variados que no tienen conexión unos con otros, estuvimos en una plaza muy simpática, de la cual había un par de fotos en el álbum completo del post anterior, y acá hay algunas de las que sacó Alberto.  Con estructuras de madera y una distribución diferente a la de las típicas plazas, daba la sensación de ser un espacio que había sido pensado y realizado con cariño hacia quienes lo iban a usar, y no algo hecho en serie por una máquina.

Estuvimos sólo unos días así que no me atrevo a asegurar que todas las plazas son diferentes, pero sí me quedó la sensación de que es normal que las cosas estén hechas con cariño.

Según la wikipedia, Dinamarca es el país con menor desigualdad en los sueldos, y uno de los países que siempre sale arriba de todo de la tabla de mayor índice de felicidad. Habrá que ver cuán relacionado está lo primero con lo segundo, pero yo pienso que no es casualidad.

Ya las habíamos visto en Alemania, pero en Copenhague fue notorio que nos cruzamos con muchísimas bicicletas con carrito para llevar a los chicos, como la que está arriba.

El índice de fertilidad (nacimientos por mujer adulta) en Dinamarca había llegado a 1,89 pero desde la crisis del 2008 viene bajando, en 2012 fue de 1,73.  En comparación, en Argentina es de 2,29, en España de 1,48 y en Alemania de 1,43.  Según los números que estuve viendo, los países escandinavos están entre los que tienen el índice más alto de Europa.  Imagino que también debe tener que ver con el índice de felicidad que citaba antes.

Con esto creo que termino los comentarios daneses, y volvemos a la rutina alemana.

Muelle cerca del museo de Louisiana